Cosquillas en un "moflete", me rasco, me giro torpemente en la cama para que nada interrumpa mi sueño...un roce en mis pómulos de nuevo, ¿Qué será lo que me está devolviendo a la consciencia?. Un tercer roce: despierto...
Una sonrisa es lo primero que ven mis ojos, una cara conocida, un "buenos días" amable ...tranquilidad lo que respiro en el ambiente, un nuevo día se ha encargado de encontrarme.
Me froto los ojos, probablemente las legañas no me dejen ver con claridad, me hago a un lado, se tumba conmigo y me sonríe de nuevo ¿Por qué es asi conmigo? No lo entiendo, siempre es muy bueno, a veces hasta me siento culpable.
...
Silencio, nada que pueda interrumpir la tranquilidad del momento, yo al igual que siempre, suelto quejidos lastimeros al tener que reactivarme de nuevo, pero le miro, me sonríe, me abraza torpemente por estar tumbado a mi lado ¿Debería dejar de quejarme?...seguramente si, aunque a él le hace gracia.
Me cuenta cómo me ha rozado el rostro para hacerme retornar del sueño, se rie, al parecer dormito con cara de pocos amigos, yo lo sabía, ahora él también lo sabe, se lamenta de no haber inmortalizado el momento de mi sueño, aunque no habría inmortalizado con ello lo que estaba soñando, por eso ahora no lo recuerdo.
Pesadamente me levanto: quejas y más quejas lo único que salen de mis labios. Agua en la cara, pies descalzos, camino hasta la siguiente parada: la cocina. Me siento, me está mirando mientras yo me lamento, quizás me sienta abrumada, no será la imagen más bonita que él pueda recordar de mi persona, pero igualmente nunca se queja, es demasiado bueno como para eso...cuando miro a la mesa, ya me ha servido el desayuno...¡Qué rapidez de movimientos!
Mastico cereales con una sonrisa torpe en la cara, sabe que son mis favoritos. Se sienta frente a mi, empieza a desayunar, siempre consigue acabar antes que yo, no se cómo lo hace todo a esa velocidad tan sutil y efectiva. Intento ayudarle, pero soy una novata en su cocina, y en sus métodos, por lo que me recoge el desayuno, es muy caballeroso.
Mientras yo me visto, el ya lo había hecho en menor tiempo que yo, se está lavando los dientes, hago lo mismo: ¡No le mires! No le gusta mientras hay pasta de dientes en su boca. Es una de esas pequeñas manías que me vuelven loca, me rio, esta vez con ganas, es divertido lavarse los dientes espalda con espalda.
Se va, yo continúo teniendo dentífrico en la boca. Salgo del baño y me ha hecho la cama ¡Por qué no me dejas ayudarte! Ahora no tendré más remedio que sentirme culpable: ¿Seré mucha carga? Uno nunca es consciente de lo irritante que puede acabar resultándole a las personas, hasta que lo ves en sus rostros reflejado, pero en el suyo no lo encuentro... Es un cielo, por más que me queje me silencia con un beso, me abraza con uno de sus movimientos dulces, yo suspiro...miro a sus ojos, veo una sonrisa en su cara...
No puedo evitarlo, he de sonreír yo también, es lo único que me nace de esa forma tan inocente, tan sincera, tan natural...
Va a saber este "secreto", estoy pensando en él, y se que va a sonreír dulcemente como lo hace siempre, no puedo más que volver a evocar en mi mente esa imagen suya...
Ains, pero qué primito tan bueno tengo ^^ (me alegra que seáis felices =P)
ResponderEliminarEh! Gracias :P
ResponderEliminarA veces creo que me quedo corta...